CERIDWEN, LA GRAN MADRE

Ella es la esencia, el principio, el final, el proceso, el camino.
La naturaleza en todos y cada uno de sus ciclos, Eterno Retorno.
La más sagrada de todas las divinidades, puesto que es La Madre de Todo.
Ceridwen, la Gran Madre.
Y a Ella se le honra en todas las formas de culto, desde el más basto adorno tribal del Viejo Pueblo hasta la más elaborada cosmogonía hindú de las múltiples facetas.
La Madre, la Mujer, la Hembra Sagrada, útero del cual surge la Vida...

LA LINEA MATERNA

En la Vieja Tradición la sacralidad se transmitía por vía materna. Aunque el elemento masculino era valorado como tal, como la mitad del aporte de un nuevo ser, la información sagrada se pasaba de madre a hijo, de madre a hija, primando siempre la línea femenina. Porque la libertad de costumbres permitía que una mujer escogiera sus compañeros sexuales, por ejemplo, durante los fuegos de Beltane, en el solsticio de verano, cuando los placeres se abrían a la recepción de las fuerzas del Cosmos, danzando hasta alcanzar la Unión alrededor de las grandes hogueras de La Madre. Y entonces...¿cómo podía hombre alguno estar seguro de su paternidad, ni reclamar tan siquiera el derecho a ella...?
La Vieja Tradición, sabia, reconoce que la mujer es la depositaria de los saberes. Caldero mágico, útero de La Gran Madre, la mujer es sagrada: sabia, sacerdotisa, druida o bardo.

LA VIEJA RELIGION

¿Era la druídica una religión tal como la conocemos hoy en día? No.
El saber druida era una complicidad con la Naturaleza, un saber vivir ligado a la esencia misma de la vida. Porque somos criaturas que no nos diferenciamos de la matriz de vida que nos envuelve.
La Vieja Religión que es un compendio del saber druida se basa en el conocimiento de los Misterios: saberes ancestrales sobre plantas, sobre medicina natural, energías de la tierra y del universo, corrientes telúricas. Una captación intuitiva de lo que nos rodea, que no deja de ser una extensión más de nosotros mismos, puesto que Naturaleza somos.
Y este conocimiento de lo natural no se plasmó por escrito. No queda ningún saber druida expresado en papel, recogido para la posteridad: los conocimimentos se transmitían oralmente, de persona a persona. Y el Templo de los Misterios no era ningún lugar de humana factura: era el bosque druida, con sus árboles sagrados, el roble, el avellano, y otros más en la miríada de sacralidades naturales.
Porque todos los dioses son un solo dios, y todas las diosas una sola diosa.

EL HALO DRUIDA

El saber druídico no se guarda en ningún lugar de humana factura. Es un saber que se conoce, pero no se posee. Está impregnado en cada gota de rocío, en cada bayita de muérdago, en la hoja del roble que empieza a tomar el tono morado del otoño. En los cristalitos de nieve, todos diferentes, ninguno igual, en las gotas del agua del manantial. Es una esencia sutil que está en todo lo que vive, sobre todo lo que está vivo: es un halo.
Las personas receptivas a esto sienten que su lugar está entre los árboles, en la floresta, entre los animalillos que pueblan el bosque sagrado. Sienten una inquietud que no saben explicar...algo les llama, les conduce a contactar con lo más sagrado: la tierra, el agua, el aire y el fuego, la piedra, el rayo, la fuente, el viento. El dragón verde, el tigre blanco, la tortuga negra y el pájaro rojo...
Es una manera de ser, una manera de estar en el mundo. Nadie que esto sienta puede sustraerse a la magia, al conocer(se), hasta tener la certeza de que tiene algo que hacer...una misión, un hacer más amable el mundo.

LA TRADICION: DRUIDAS Y BARDOS

Los druidas no dejaron nada escrito. La Tradición se transmitía oralmente, de generación en generación. Esta manera de hacer permitía que las personas que adquirían estos conocimientos fueran valiosas: cada uno de ellos era portador de una faceta del saber, y algunos, los más perseverantes, tenían el conocimiento de la Totalidad. Era un largo proceso de aprendizaje el llegar a ser Druida.
www.mentescuriosas.es

Algunas personas tenían más habilidades para ser bardo. Un bardo era una persona que se dedicaba al estudio de la música y a su interpretación. El arpa era un instrumento sagrado para los druidas, y su música llegaba a encantar. Se dice que uno de ellos hizo vencer en una batalla a un rey tocando las grandes arpas de guerra desde unas colinas, y su sonido hizo huir despavoridos a sus enemigos...los bardos transmitían la Tradición oralmente, con historias, canciones y poemas.
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Nada queda escrito de toda esta sabiduría. Pero el que desea con todo su corazón encontrarla...Ella está, Ella es.

EL DRUIDA

Un druida es un ser que vive de otra forma. Tal vez le veáis inmerso en este tiempo, en este espacio: pero es sólo en apariencia. La vida del druida va más allá del materialismo reinante. Es una espiritualidad rica, presente, por encima de la simple realidad visible. Es un hálito de vida que late en cualquier lugar, que se capta paseando por cualquier vereda, viendo una mariposa volar, observando la lenta gestación de una tormenta en el horizonte...
Tal vez penséis: pensamiento antiguos, fuera del mundo...no, no es así. O por lo menos no importa que alguien piense así: el druida accede al espacio en el cual todo tiene sentido, todo tiene una razón de ser. El tiempo deja de tener importancia, el espacio se transforma en algo fluido.
Enseñanzas antiguas que no se registraron por escrito han pasado, de generación en generacion, hasta nosotros, hasta todas aquellas personas que, insatisfechas con el mundo actual que han construido los poderosos, se vuelven a la naturaleza y dicen: ¿por qué no puede ser todo tal y como una vez fue...? Más sencillo, más...humano.

EL BOSQUE PRIMORDIAL

Antiguamente, Europa era un bosque. Desde el Norte frío i gélido hasta el Sur mediterráneo, la masa arbórea formaba un techo, una alfombra, primordiales. En este entorno húmeo, vegetal, acuático casi, se realizó la arcana simbiosis entre humanos y naturaleza. El saber antiguo de una Humanidad Sacra, que era todo con el medio, sin diferencia, rodeado de un aura mágica en la espesura.
Manantiales cristalinos de agua pura, aire límpido, sol atravesando atmósferas puras...deleite para la piel, para los sentidos...
Es en este entorno donde tuvo lugar la simbiosis eterna, la Unión Mística de Ser y Natura. El Druidismo fue la manera de saber, la recolección de la sabiduría en una cultura, en un saber vivir, en un integrarse en el Todo.